Cuando en Chile eran las 12.32 (16.32 en Roma), el arzobispo de Santiago, Monseñor Celestino Aós recibía de manos del Papa Francisco el birrete cardenalicio, el anillo y el título de la Iglesia de la que será “párroco” en Roma (en su calidad de colaborador del Pontífice): es la basílica dedicada a los mártires Santos Nereo y Aquileo cuya construcción se remonta al siglo IV de nuestra era.
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