Hoy, quinto día de la Novena, reflexionaremos acerca de las dudas que tenemos como seres humanos que somos.
Juan 20, 25 | Cuando Tomás llegó, los otros discípulos le dijeron:
— ¡Hemos visto al Señor!
Pero él les contestó:
—No creeré nada de lo que me dicen, hasta que vea las marcas de los clavos en sus manos y meta mi dedo en ellas, y ponga mi mano en la herida de su costado.
REFLEXIÓN:
Tomás no duda del Señor; ¡dudó de la palabra de sus amigos! Tomás encuentra bastante improbable que el Señor hubiera resucitado, porque no veía cambios en sus amigos, habían visto al Señor y seguían igual.
Tomás, sencillamente, no encuentra en sus amigos una comunidad creíble.