Colegio de los Sagrados Corazones del Arzobispado De Santiago Comprometidos con el conocimiento, el amor y el servicio para una formación de excelencia. Santiago Centro
Santiago, 1 de mayo 2021
Día Internacional del Trabajo y del Trabador y la Trabajadora
Estimados/as trabajadores/as y colaboradores/as en la Misión:
Junto con saludarlos, les deseo una significativa y alegre celebración del día Internacional del Trabajo y del Trabajador y la Trabajadora, de sus derechos y dignidad. Esta conmemoración es ocasión para volver la mirada y el corazón al espacio común que nos congrega y que nos permite, con el aporte personal y comunitario, ir construyendo una sociedad más justa y solidaria, así como una comunidad escolar que evidencien esas características.
El espacio común que habitamos como trabajadores y trabajadoras en los Sagrados Corazones tiene el imperativo de encarnar el espíritu que nos moviliza y de ser testimonio de lo que anhelamos desde el Evangelio: relaciones justas y solidarias; una comunidad que acoge e incluye, que trabaja firmemente por un bien mayor, por una educación nacional con mayores grados de equidad y calidad, por anunciar e invitar a todos a la buena noticia de Jesucristo. Queremos ser un cuerpo que en su modo de funcionar y de organizarse dé vida: la multiplique, la recree, la cuide, la proteja, la defienda. Deseamos ser una comunidad de personas y equipos que colaboran con generosidad.
Así, el trabajo digno y concreto que cada uno realiza cada día aporta a esta construcción común. Será trabajo digno, significativo, vital, en la medida que tenga retribución justa, así como condiciones laborales en las cuales se reconozca y valore a cada trabajador; abra oportunidades de desarrollo individual y colectivo, favorezca la participación y el compromiso, la libertad responsable en la búsqueda de mejores oportunidades y recursos para el bienestar individual como comunitario.
La valoración de los criterios anteriores, el diálogo veraz de ellos con la realidad laboral concreta en la cual hoy se desarrollan nuestras funciones, debe permitirnos continuar mejorando condiciones y relaciones, modos de organizarnos. Los frutos debieran ser, por una parte, aprendizajes integrales más significativos y de calidad para todos nuestros/as estudiantes; por otra, para todos, un clima laboral cada vez más acogedor y desafiante, constructivo, justo y alegre.
Finalmente, quisiera agradecer el don de Dios que se expresa en cada uno/a de ustedes y que es una forma a través de la cual Él nos anima hacia el bien, la verdad y la belleza. Agradecerles el esfuerzo cotidiano, los talentos y habilidades que, con profesionalismo y delicadeza, ponen al servicio de los demás a través de la educación. Y este agradecimiento cobra aún mayor hondura cuando estamos trabajando con el inmenso desafío que la pandemia nos impone.
En el día Internacional del Trabajo, reciban un abrazo fraternal y mi sincera alegría al compartir con ustedes y entre nosotros un trabajo que nos alimenta y nos dignifica.
En Cristo y en el corazón de María,
Marcelo Mackenney P.
Rector
